Hace unos días, cuando disfrutaba un tiempo de vacaciones, de forma súbita tuve un sentimiento de “déjà vu”. Un pavo real en plena exhibición, un individuo con actitudes de triunfador, erguido, mostrando pecho, con gesto sonriente a la vez de inexpresivo, altivo, arrogante, escrutando todo su alrededor vestido para el acontecimiento; comenzaba la subida de unas escalinatas vigiladas por sendos ujieres, todo regio, superó un largo pasillo, y se encontró con un hombre flexible, casi de goma cual figurín de feria, amoldable y endeble, con una sonrisa  que  no cabía en su boca, con ojos desorbitados y psicomotricidad exaltada, sin encontrar su lugar;  henchido, como vómito impulsivo, lanzó unas palabras al “papi”, en las que trata de adornar poniendo en multicolor, los enormes servicios, con los que Papi ha sabido ofrecer a la concurrencia, presidentes de las diferentes naciones europeas, y algunas no europeas, que en silencio sepulcral, y con la atención de niños asustados, asistieron emocionados de agradecimiento al momento, aunque hubo uno solo, que parece que no quiso, o no pudo,  situarse a la altura de la dignidad exigida. La película siguió, porque el halagador prolongó su papel, para agradecer al Papi, el logro de una contribución de un 5% de los contribuyentes a la OTAN, hecho magnífico, por lo que el rey acaricia a su servidor, que se ensancha y se desorienta, perdiendo los referentes, exaltando la última acción del Papi, al comparar los efectos de los bombardeos de Irán, con los de Hiroshima y Nagasaki. Todo lo relatado me trasladó a mi niñez, fenómeno “déjà vu” cuando el maestro de mi pueblo, después de pasar los fines de semana con su mujer en el pueblo de al lado, los lunes de invierno, regresaba conduciendo una moto, enfangado en no sé en cuantos abrigos, cubiertos de nieve o escarcha, y como su humor no era el mejor, nosotros, los niños, al escuchar el sonido de la moto que conducía, cual orden de trompeta, nos poníamos en fila india, y el adulador encabezaba el orden de espera, poniéndose al frente de la misma, desde la que halagando al maestro le daba cuenta de lo sucedido, al final del sábado, momento en el que el maestro se ausentaba para estar con su mujer.

La OTAN, u organización del tratado del Atlántico Norte, tiene sus orígenes en el 1948, fecha en la que se creó la Unión Europea Occidental, como respuesta al temor de la posible expansión de la Unión Soviética, pero que, al considerarse escasa de recursos, se unieron los EE.UU. y Canadá, invitándose más tarde a otros países europeos, firmándose el tratado definitivo en Washington, en 1949. Tenemos que tener en cuenta que acabada la segunda guerra mundial, que ocasionó tanta destrucción de vidas y pueblos, amén de más de diez millones de desplazados, el miedo a una tercera guerra era palpable, una vez sabido la capacidad destructiva de la bomba atómica, de aquí que esta unión, vino a buscar el sosiego la despreocupación y la paz, especialmente de Europa; primero por la fortaleza de la misma en términos militares y de seguridad, y segundo, por la riqueza humana que propició la unión en términos económicos. El significado y la eficacia de esta, suspendió el temor o miedo al que se enfrentaban, especialmente las naciones más escasas de recursos, de tal forma que la OTAN, ha venido participando, y actualmente participa, en diferentes contiendas Europeas y no Europeas, siempre buscando la paz mediante el diálogo.

Es por ello, una organización a respetar y cuidar, en cuyo mantenimiento han de participar todos los socios, de acuerdo con sus capacidades económicas, no obstante, este mantenimiento ha de tener en cuenta; las capacidades con la que se desea contar, de acuerdo con la situación geopolítica mundial, a la vez de los recursos disponibles de cada uno de los países que la componen. Hablar de una cifra sin un estudio pormenorizado, que tenga en cuenta estos parámetros, potencialmente se podrá ahogar económicamente a alguno de los países más pobres.

Se hace aquí necesario, que dada la escasa atención que EE.UU. presta a Europa, recordemos la última historia marcada por los aranceles; y por otra parte, teniendo en cuenta el camino natural de Europa, hacia la creación de los EE.UU. de Europeos, sería conveniente e incluso justo, que el montante económico alcanzado, derivado de las diferentes aportaciones nacionales, se dirigiera hacia la potenciación de la industria militar Europea, así como al fortalecimiento de su seguridad, pudiéndose firmar con los EE.UU. de América, un convenio bilateral de ayuda mutua.

Fuente: Dr. Baltasar Rodero, Psiquiatra, Santander 2025